Esta noche debuta con los Golden State Warriors, pero hace ya casi un año desde que DeMarcus Cousins, uno de los mejores jugadores de la liga, sufrió una de esas lesiones tras la que todo el mundo se hace las mismas preguntas… ¿Cómo volverá? ¿Podrá recuperar su nivel? Voy a tratar de explicar, de la manera más sencilla posible, los motivos por los que se puede ser muy optimista o justo todo lo contrario.
Por si hay algún recién llegado a este mundo de la NBA o algún despistado que no se acuerde, DeMarcus Cousins se rompió el tendón de Aquiles.
Un tendón forma parte del sistema muscular y, siendo la parte sin capacidad contráctil, no puede acortarse o contraerse. Es una estructura formada por multitud de fibras de colágeno especializadas, cuya misión es almacenar energía para hacer más efectiva la acción de un músculo. Cuando corremos, al apoyar el pie, los gemelos y el sóleo se contraen provocando que se alargue el tendón como si fuera una goma, ya que el pie está en apoyo, almacenándose energía en él y saliendo propulsados hacia otra zancada. Es decir, la fuerza generada para dar una zancada o dar un salto procede de la contracción muscular y de esa energía almacenada y devuelta por el tendón. A medida que la respuesta elástica del tendón va bajando, vamos sobrecargando la parte muscular. Si el músculo es ineficaz, es el tendón el que empieza a sufrir más. Estos dos inconvenientes pueden acontecer por múltiples causas.
Al estar compuesto por multitud de fibras, su capacidad de soportar cargas dependerá del número de fibras intactas. ¿Qué significa esto? El riesgo de que rompa está relacionado directamente con esa cantidad de fibras sanas. Si solo tenemos, por ejemplo, un 80% de ellas, cualquier carga por encima de ese porcentaje aumenta el riesgo de rotura. Esto se puede medir mediante una ecografía o resonancia. El tejido del que hablamos es muy diferente a la parte contráctil y cuando se daña, la respuesta inflamatoria es lenta. Han de pasar entre 48 y 72 horas para poder percibir ese daño y en la NBA muchas veces no pasa ese tiempo hasta que repites esfuerzo. Esto hace que se puedan ir degenerando fibras sin dar síntomas y un buen día, no quedan las suficientes como para poder soportar un sprint o un salto y… zas, rompió. Si se rompe el tendón es porque no se han hecho las cosas bien, eso está claro. Y si se sigue por la misma senda, podría repetirse.
Pero no seamos derrotistas y pongámonos en el otro lado de la balanza. Vamos a contar qué cosas hay que tener en cuenta para mantener ese tendón en óptimas condiciones.
La cirugía consiste en limpiar el tendón y unir los extremos separados. Existen diferentes técnicas que quedarán a la elección del cirujano. Aquí vemos una de ellas.
Desde ese momento, será importantísimo que la zona entre en síntesis proteica. Para que se entienda, es la creación de proteínas para que ese colágeno intervenido sea eficaz y, a ser posible, mejor. El cuerpo está compuesto por células que no perduran toda nuestra vida. Dentro de un mismo tejido, en este caso un tendón, las células que lo componen están en un continuo proceso de sustitución y recambio celular que va empeorando a medida que vamos cumpliendo años y que depende, en gran parte, de la forma de vida que llevemos. Se estima que en unos 300 días un tendón haya cambiado todas las células. Aprovechando este fenómeno, hay que tener en cuenta, sobre todo, tres factores para que este proceso curse de la forma más eficiente posible.
La alimentación es fundamental. Llevar una dieta saludable que asegure la correcta aportación de determinadas vitaminas, minerales y aminoácidos, unido a la no ingesta de productos insanos, que hacen que esas vitaminas y minerales sean destinadas a otras cosas funciones, hará que la cadena de síntesis del colágeno vaya sustituyendo las células que van muriendo por las nuevas.
Esto, unido al otro factor decisivo como es el ejercicio físico específico, mejorará la calidad del tendón y hará que se pueda recuperar por completo. La información que transmitimos al realizar estos ejercicios, junto a esa alimentación, supondrá que el tendón sea cada vez más resistente y adaptable.
Lo más importante haciendo todo esto es administrar bien las cargas durante el proceso de readaptación tras la lesión. Hay que tener en cuenta la intensidad de los ejercicios y será fundamental respetar los tiempos de recuperación en el tendón tras el esfuerzo. Una vez apto para jugar, es muy importante vigilar la intensidad en los partidos y en los minutos jugados. Yo descartaría que DeMarcus Cousins jugase los “back to back” debido a lo dicho anteriormente. No ha transcurrido el tiempo necesario para saber si se ha pasado y dañado el tendón.
La fatiga muscular es el otro factor a controlar, por lo que no creo que supere los 18-20 minutos por partido durante, al menos, un mes y medio. Esto se debe a que la acumulación de ácido láctico o el exceso de calor hacen que se pierda la capacidad de devolver esa energía. Por tanto, son factores a vigilar cuidadosamente. Podría ser que viésemos una pequeña caída del ritmo de juego por parte de los de la bahía con él en pista.
De momento es suficiente con que vuelva a jugar y haga otra pretemporada jugando. De esta manera, llegaría al mes de abril en mejores condiciones y el año que viene, a estas alturas, podría volver a ser un jugador determinante en la liga, si todo se hace bien.
Mi opinión personal… De los errores se aprende y… ¡lo tengo en una fantasy!
Dejad preguntas o dudas si queréis y gracias por la visita.
Daniel Rodríguez (@danilovic91)
Espectacular artículo, bravo!